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jueves, 11 de octubre de 2012

Lavini: la educación unidimensional


Clelia Lavini era la secretaria general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) durante el mandato de Mario Moine 1991/1995. (Audio).

El  informe Domenicone mencionaba en un apartado, sin ningún basamento pedagógico, que en los primeros años de la enseñanza había que reforzar materias como lengua y matemática y dejar de lado otras como la música, la plástica o actividades complementarias porque además eso permitía ahorrar el maestro de enseñanza especia.
Eso que planteaba Domenicone y que pretendían hacerlo en algunas provincias, en Entre Ríos no se dio, acá no quedaron afuera docentes de música, de educación física o de plástica. Eso fue una gran discusión, ahora que me lo recordás, porque se desviaba lo que era la educación integral, pensando que con reforzar en cantidad de horas la matemática y la lengua iban a tener mejor calidad; pero también había otra intencionalidad. Vos sabés que hubo una época que decían que los niños no debían repetir ¿Por qué era esto? Porque el Banco Mundial daba préstamos y se debía dar a fin de año la famosa evaluación de la calidad, que tenía que dar tales resultados que justificaran la inversión que había hecho o el BID o el Banco Mundial para la reforma educativa.

¿Y en algún lado se llego a dar esta experiencia de reducir las materias especiales como  plástica, música, educación física?
A mí me parece que en las provincias del noroeste, como Chaco y Formosa, que tenían más necesidades del aporte económico. No sé si cedieron tanto, pero sí redujeron horas.

Durante el mandato de Moine ¿fueron habituales los paros?
Eran muy masivos. No eran tan habituales pero cuando se organizaba una medida de fuerza, se buscaba con consenso y había un acatamiento impresionante.

Si usted estuviera frente a un grupo de estudiantes, de jóvenes, y le tuviera que hacer una semblanza de aquellos años, de aquel momento, ¿por dónde empezaría, qué puntos resaltaría?
Hoy día frente a los jóvenes explicarle cómo se vivió aquel momento y qué significó sería fácil, porque ese tiempo es como un gran paréntesis, donde nosotros podríamos mostrar la diferencia ideológico entre el neoliberalismo y lo que vivimos hoy. Entonces por comparación sería muy fácil explicarles, me parece a mí, a los jóvenes qué significa mirar la educación como una mercancía o mirarla como un bien social. Qué pasó con la educación como mercancía, cómo los docentes se tuvieron que acostumbrar a un lenguaje empresario cuando hablábamos de gestión, de eficiencia, de eficacia, de resultados. Hablábamos en términos economicistas, perdiendo de vista que la educación como un bien social.
Nunca podemos hablar generalizando la eficiencia, porque nosotros trabajamos con chicos, con alumnos, y la eficiencia depende del rendimiento que podamos lograr de ese niño individual y dentro de lo colectivo. Y por el otro lado en la educación no se puede pensar en el individualismo, porque la educación pierde su esencia. Y no te olvides que uno de los postulados del neoliberalismo es el individuo, el bienestar del individuo que pierde totalmente la conciencia de lo social; y en educación eso realmente es una contradicción, donde uno trabaja por lo solidario, trabaja por la comunidad, trabaja por el conjunto. Ahora, en algunas cabezas  entró el individualismo y la competencia, por la competencia misma, porque en ese tiempo no te llevaba a la mirada colectiva de la escuela, sino a la mirada individual.

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